La chica del concurso


Yo sé quién es esa chica. La veo igual que la vi en la foto del premio mientras Mariela lloraba encerrada en su habitación por no verse ella en aquella imagen. Ni siquiera nos enteramos del fallo hasta entonces. Y aunque después la rompiera en pedazos y ella la odie desde entonces en el anonimato, la reconocí igualmente.

La veo cansada, dormida, a las ocho. Baja del autobús y a veces se queda un poco parada antes de entrar en el edificio. Sonríe aunque todavía sea de noche.

La veo ajada en época de exámenes, con la espalda cargada y el pelo sucio, y aún con todo, sonríe. Y aún saluda antes de pasar a esas seis horas de tortura.

Desde detrás de mi ventanilla una vez la vi entrar al baño acopamñada de un chico. Días después pasó llorando aferrada al teléfono.

Detrás de la ventanilla una se siente olvidada e invisible, los cientos de alumnos pasan por delante tan absortos en sus cosas que ni siquiera perciben tu presencia.

Pero la chica de los ojos serenos siempre dice hola.

Tendré que decirle a mi Mariela que, igual, podrían ser amigas.

1 comentario:

  1. (cuco,
    pensar estas cosas es mi especialidad cada vez que no gano un concurso :)

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